jueves, 20 de agosto de 2009

Mineria y Conflictos Sociales




Por Gonzalo Valderrama Escalante
Instituto de Investigaciones Sociales Amaru Teqse


Para entender el incremento del número de conflictos sociales ligados a la actividad minera en nuestro país es necesario tener una perspectiva histórica del tema, los problemas de hoy son en el fondo los mismos de los últimos siglos de nuestra historia republicana y colonial.

El Perú un país minero

José Baquíjano y Carrillo, reconocido como uno de los precursores de la independencia nacional al haber integrado el círculo de estudiosos “amantes del país”, considerado uno de los primeros economistas peruanos, publicó en 1791 en el Mercurio Peruano una serie de artículos a fin de demostrar que el Perú debía avocarse fundamentalmente a la explotación de sus recursos naturales, además sostenía que el libre comercio era la alternativa de la modernidad y no el causante de los problemas económicos de la época. Para Baquíjano la agreste geografía del Perú no permitiría un desarrollo adecuado de la agricultura, mucho menos de la industria, por ello, a fin de forjar una nación próspera sugería que "las provincias del Perú han de buscar las riquezas en el seno, y no en la superficie de sus tierras. Todas las que puede producir el reino mineral se hallan en abundancia en su distrito: el alumbre, alcaparrosa y almagre, el cristal, imán y azufre, el Copé, especie de nafta negra y dura como el asfalto, el cobre, plomo y fierro y, sobre todo, el oro y plata, instrumento general de ecuación en toda especie de comercio". (José Baquíjano y Carrillo. “Disertación Histórica y Política sobre el Comercio del Perú”, Mercurio Peruano, Tomo I, números 23-31. (1791) Citado en: Humberto Campodónico, “Baquíjano, país minero y libre mercado”. 2008.)

Al centrarse en una explotación primaria de los recursos naturales del subsuelo, este discurso sobre el cómo lograr la prosperidad nacional dejaba de lado la principal fuente de trabajo del grueso de la población peruana en dicha época: la agricultura y la ganadería. Hoy por hoy el discurso sobre cómo vencer en la lucha contra la pobreza, promovido por los últimos cuatro gobiernos, hace énfasis en el aprovechamiento de los minerales, gas natural y petróleo del subsuelo, el libre mercado aparece como el mecanismo de regulación económica que indefectiblemente conduce a la riqueza de las naciones. Y la agricultura y ganadería, actividades económicas que ocupan el mayor porcentaje de la población económicamente activa a nivel nacional, quedan relegadas a un muy segundo plano en el accionar del gobierno central y de los gobiernos locales.

El agravante de esta situación es el contexto en el que se da la problemática del uso adecuado de los recursos naturales: el calentamiento global, un inminente estrés hídrico en los andes, unido a un discurso ecologista que a nivel mundial llama la atención sobre los efectos dañinos cada vez más evidentes que la actividad industrial de los últimos siglos han ocasionado a escala planetaria. Nuestro país como bien es sabido es uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo, y también uno de los mas susceptibles al cambio climático. Esta realidad, donde problemas locales y problemas globales son inherentes es también bien conocida por la población que desde distintas partes del país cuestiona la proliferación de las industrias extractivas.

El perro del hortelano y la propiedad del subsuelo

Si este viejo discurso promovido desde el estado es tan criticado, ¿cuales son entonces las propuestas de la población que protagoniza los conflictos socioambientales? Dada la complejidad del tema y por motivos de espacio nos centraremos en uno de los aspectos fundamentales de la discusión: La propiedad del subsuelo, ahí donde se encuentran las riquezas mineras, petroleras y gasíferas del país: Entonces, las razones de fondo que ocasionan los conflictos entre poblaciones campesinas - nativas, empresas mineras y estado son una combinación de un inadecuado marco legal sobre la propiedad del subsuelo que vulnera los derechos de la población bajo cuyas tierras se encuentran estos recursos, y mecanismos ineficientes de redistribución de la riqueza generada por el sector minero energético, que hace de las poblaciones afectadas por esta actividad "victimas del desarrollo". Las comunidades campesinas y nativas no reclaman al Estado solamente la consulta y el respeto a su territorio y medio ambiente, sino que “el reclamo de las comunidades campesinas incluye la posibilidad de ejercer el derecho de propiedad sobre los recursos mineros que se encuentran bajo sus tierras y poder decidir las condiciones de explotación de estos recursos”. (Pedro Castillo Castañeda, ¿Qué sabemos de las Comunidades Campesinas? Pág. 85, 2007)

La legislación minera vigente ha expropiado el subsuelo a los comuneros y pobladores nativos, que a pesar de ser propietarios del territorio donde se encuentran los principales yacimientos mineros y energéticos del país, deben contentarse con observar el enriquecimiento de las empresas extranjeras que explotan sus recursos. Esta expropiación es la que provoca indignación y resentimiento, materia prima de la conflictividad socio ambiental. Hay un principio del derecho universal que rige desde tiempo de los romanos, según el cual el dueño del suelo extiende su dominio por lo cielos y el subsuelo hasta el límite de su conveniencia y del derecho ajeno. Este principio es ignorado por los arreglos en la legislación actual sobre la propiedad de los recursos naturales, la cual como veremos, es un rezago de los tiempos coloniales, al igual que el discurso de Baquijano y Carrillo apropiado hoy por los gobiernos de turno.

Según el Artículo 66° de la Constitución de 1993, “Los recursos naturales, renovables y no renovables, son patrimonio de la Nación. El Estado es soberano en su aprovechamiento. Por ley orgánica se fijan las condiciones de su utilización y de su otorgamiento a particulares. La concesión le otorga a su titular un derecho real, sujeto a dicha norma legal.”. Esta idea de expropiar el subsuelo en caso este contenga riquezas proviene del Derecho Indiano, la legislación que se aplicó a las Indias en tiempos de la colonia. En las ordenanzas del Virrey Toledo, en 1574, encontramos una referida a este punto: “Por cuanto todos los minerales son propios de Su Majestad y derechos realengos por leyes y costumbres, y así los da y concede a los vasallos y súbditos donde quiera que los descubriese y hallaren, para que sean ricos y aprovechados, dándoles leyes y ordenanzas, para que gocen de ellos y los labren, de manera que cesen los pleitos y diferencias, y a todos quepa parte, acudiendo a sus reales cajas con lo que como a Rey y señor natural se le debe”. (Cita en: Handersson Bady Casafranca Valencia* “La propiedad de los recursos naturales en los territorios de pueblos indigenas perú: la pobreza de los ricos territorios indígenas y recursos naturales”.
*Asesor y consultor de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas – CAOI (Ecuador, Colombia, Chile, Argentina, Bolivia y Perú); Ex Asesor Legal de la AIDESEP.)


La vuelta de este mundo de cabeza

Phelipe Huaman Poma de Ayala describe al orden social surgido de la colonia y del sojuzgamiento de las poblaciones nativas del ande ante intereses de ultramar como el mundo al revés, ese orden social poco ha cambiado en la republica, una muestra de ello es como el tema de los conflictos mineros tiene sus explicaciones en cuestiones históricas. Ante ello, ¿que significaría una real solución a esta problemática? En primer lugar, un cambio de sistema en la propiedad de los recursos naturales, este cambio de sistema permitiría a las comunidades campesinas y nativas ser dueñas de lo que les pertenece desde tiempos prehispánicos, manejar así sus propios y cuantiosos recursos. Las implicancias de este cambio en la propiedad del subsuelo serian enormes, implicaría que la mayoría de la población nacional, de ascendencia campesina e indígena, tuviese de pronto control sobre las grandes sumas de dinero que la industria extractiva genera. El mapa de poder (económico, político, y hasta simbólico) en el país se reconfiguraría, significaría que la tortilla se vuelta, probablemente un pachakuti.

martes, 9 de junio de 2009

La Amazonia Rebelde



LA AMAZONÍA REBELDE
Acerca de las últimas protestas y lo que se juega en la selva peruana

Anahí Durand Guevara

Al surcar el Marañon y adentrarse en territorio awajum, es imposible no sobrecogerse por la magnificencia de la selva, el ancho de sus ríos y la dignidad de miles de hombres y mujeres empeñados en mantener su identidad desafiando siglos de exclusión y miseria. Pueblos como Bagua, Imaza, Urakusa o Santa María de Nieva podrían describirse como “zonas de frontera” -en el sentido amplio del término como la geografía donde empieza a delinearse el territorio del estado nación- cuyos habitantes originarios han logrado hacer valer su condición de ciudadanos en base a un largo proceso de organización y a constantes luchas por el respeto a su identidad. Es por ello que el último paro amazónico no puede considerarse un hecho excepcional; se inscribe en la larga duración de protestas nativas y campesinas que hoy se enfrentan directamente al modelo neoliberal. Se trata de un asunto que nos compete a todos en tanto se juega el futuro de nuestros recursos naturales, la dignidad de nuestros compatriotas amazónicos y la imposición de la violencia como salida a los conflictos, sustentada en un discurso autoritario que mella más aun nuestra frágil democracia. Temas importantes que merecen ser reflexionados y discutidos, aquí algunas ideas.

Las últimas protestas amazónicas

El 8 de junio del 2008 el Ejecutivo promulgó una serie de Decretos Legislativos, en el marco de las facultades entregadas por el Congreso para legislar temas referidos a la aplicación del TLC con los Estados Unidos. No obstante que según la Constitución estos decretos debían limitarse a este tema específico, varios de ellos referían a la concesión y explotación de los recursos mineros, forestales y de hidrocarburos en la Amazonía. Este hecho provocó la indignación de los pueblos originarios agrupados en AIDESEP, desarrollando entre agosto y setiembre del 2008 un paro en toda la selva. En aquella ocasión, dado lo aberrante del caso (tal como lo demuestran las demandas de inconstitucionalidad presentadas por la Defensoria), el Congreso derogó el DL 1015, otros decretos como el 1073 o el 1064 no fueron derogados comprometiéndose el Congreso a evaluarlos en la brevedad posible: tomando en cuenta este acuerdo los nativos suspendieron las protestas. Pero una vez más se aplicó la política de la mecedora; por más cartas que los indígenas enviaron al Legislativo recordándole su compromiso no se dio ningún paso. El 9 de abril del 2009 se reiniciaron las protestas en la Amazonía; fueron 57 días de tomas de carreteras, movilizaciones y conversaciones entre la dirigencia indígena y el primer ministro. Pese a esto el Congreso siguió dilatando la discusión de los decretos cuestionados y el ejecutivo continuó desprestigiando al movimiento. La huelga continúo hasta que el viernes 5 de junio se decidió “imponer autoridad” desatando una masacre en Bagua que dejó como saldo aproximado 55 muertos (33 nativos y 22 policías) y cientos de heridos...una cifra catastrófica que no se veía desde los tiempos de la guerra contra subversiva.

Esta breve cronología indica que el conflicto no era nuevo, por el contrario se trataba de una demanda legalmente sustentada que llevaba casi un año gestándose y aceptando diversos niveles de conversación con el Estado. ¿Por qué se dilató tanto la revisión de estos decretos, por qué no se cumplieron los ofrecimientos? Pues por que el gobierno no tenía en absoluto voluntad política de resolver la situación. Jugando al desgaste y al descredito de las dirigencias Alan García y sus ministros pretendían dilatar la situación al punto en que pudieran mostrar a los nativos como intransigentes y a la zona en total desgobierno, todo debidamente sazonado por la racista prensa limeña y el clamor de mano dura de la derecha.

Finalmente la represión se desató en Bagua; es importante resaltar la organización de la protesta y la necedad interesada del gobierno. AIDESEP es una organización consolidada, capaz de resistir una protesta larga y muy distinta a otras estructuras coyunturales como los Frentes de Defensa. Hace 30 años que AIDESEP fue fundada y su estructura parte de la representación comunal, articulando apus y jefes nativos de 57 federaciones incluidos el Consejo Aguaruna Huambisa y la Federación Ashaninka. El trabajo de AIDESEP no se ha limitado a la simple reivindicación, han asumido proyectos de desarrollo y han incursionado exitosamente en la representación política existiendo alcaldes indígenas en distritos como Imacita o Condorcanqui. Al margen de los problemas internos y discrepancias que han afectado al gremio, los niveles de cohesión y representatividad son incuestionables y así quedo demostrado durante la huelga. Al gobierno aprista, aferrado al discurso de la manipulación externa (venezolana o boliviana), no le interesó evaluar esto, como tampoco le importó tomar en cuenta que en la zona de conflicto la presencia del Estado ha sido y es básicamente militar. Resulta por ello tragicómico escuchar a los ministros preguntarse quién entregó armas a los nativos, cuando la política estatal durante décadas ha sido armar y entrenar militarmente a la población amazónica, ya sea en Comités de Autodefensa para enfrentar la subversión o como reservistas del ejercito para enfrenta al Ecuador en el caso del Marañon. Por supuesto en ambas oportunidades los nativos eran peruanos como cualquiera y debían poner el pecho por su patria, en esta ocasión cuando los nativos defienden sus derechos son asesinados y cuestionados por utilizar las mismas armas y el mismo entrenamiento que el Estado les proporcionó.

Sobre la profundización del modelo y las resistencias sociales

Dicho esto conviene analizar más allá de la coyuntura y detenernos en la política de neoliberalismo autoritario – con sus dosis de violencia y criminalización- que con vehemencia habitual viene imponiendo Alan García. En las elecciones presidenciales del 2006 el APRA enarboló la bandera “del cambio responsable” una suerte de alternativa socialdemócrata al proyecto de la derecha mucho más moderado que el nacionalismo humalista. No fueron pocos los que se dejaron convencer votando por esta propuesta retóricamente bien presentada, mas aun tomando en cuenta la inexistencia de la izquierda y la improvisación del Partido Nacionalista liderado por Ollanta Humala. Sin embargo, pocos meses después de asumida la presidencia, rápidamente García giró del discurso del cambio responsable a la prédica del “perro del hortelano”, apostando sin ambigüedades por el capital transnacional, la privatización de servicios y empresas, en suma por la profundización del modelo económico neoliberal iniciado durante el gobierno de Fujimori y que tan poco bienestar ha generado en las mayorías.

Con esta prédica, el gobierno puso en la mira la explotación de los recursos naturales, pues pese a tanta supuesta modernización el Perú sigue siendo básicamente exportador de materias primas. La explotación y concesión de la minería y el petróleo por el capital transnacional son los puntos centrales refiriéndose a las “millones de hectáreas ociosas para maderas por que las comunidades no cultivaron ni cultivarán nada, depósitos minerales que no se trabajan, petróleo en el subsuelo desperdiciado” (Gacia; 2007)…Todos los recursos desperdiciados por la ineptitud de los pobres que ocupan estas tierras engañados por la demagogia de políticos. Una mirada absolutamente sesgada pues obviamente el abandono estatal es responsable de que campesinos y pueblos nativos no hayan sido capaces de aprovechar esa riqueza. ¿Cuál es la política de desarrollo agrario para la Amazonía, cuántos créditos se han entregado a las comunidades para proyectos de desarrollo sustentable, que ha propuesto el ministerio del Ambiente? No hay política alguna; los gobiernos han dejado a los pobladores amazónicos de su cuenta y riesgo y hoy bajo el argumento de que los recursos ahí ubicados son de toda la nación se pretende entregar la selva a empresas transnacionales que pagaran un canon irrisorio, deforestarán el bosque, depredarán el territorio y no generarán empleo ni bienestar, deteriorando aún más las condiciones de vida locales. La historia es conocida, ha sucedido ya en pueblos mineros como La Oroya, en Cajamarca y en la misma Amazonia. Pero lejos de debatir modelos de desarrollo alternativos, consultar a las poblaciones locales, dialogar respecto a su propuesta extractiva, el gobierno promulga leyes inconstitucionales, descalifica a los indígenas y desata una represión desmedida.

Lo cierto es que estamos en un punto de expansión del modelo económico donde la imposición autoritaria e incluso violenta pareciera inevitable. No somos un caso nuevo, en Chile hace años que los mapuches son desterrados de sus territorios para la expansión de la industria forestal; contra ellos ha caído todo el peso del Estado pinochetista continuado por la Concertación que ha asesinado y encarcelado a sus dirigentes ante la pasividad de la sociedad chilena. Esto por no hablar de otras demandas que son aplastadas con mayor criminalización como las protestas de los estudiantes secundarios que no modificaron en nada la privatizada educación y sólo endurecieron las penas para los adolescentes. En México la firma del TLC con Estados Unidos dejó desvalido el campo mexicano guardando relación directa con el alzamiento zapatista del EZLN. Más recientemente otras expresiones de protesta social como la de Oaxaca evidenciaron no sólo reclamos economicistas sino un profundo descontento con el modelo económico y fueron duramente reprimidos por el gobierno federal. Con los sucesos del 5 de junio del 2009 García ha dejado claro que seguirá esta línea de imposición violenta y esto puede marcar un momento de inflexión en las formas de politización y resistencia social.

En este punto el panorama se presenta complejo y se hace difícil predecir el curso que en el Perú tomarán las resistencias al neoliberalismo. Lo cierto del lado de la protesta es que pareciera haber quedado atrás la etapa de “resistencia pacífica” heredada del conflicto armado interno donde las movilizaciones debían cuidarse de no responder con violencia la represión estatal. La muerte de 23 policías lo demuestra y más allá de lo lamentable de toda pérdida humana, refleja el grado de indignación de una población agredida y armada – no por traficantes sino por el mismo Estado- De otro lado la fragmentación social continúa; la reacción de la CGTP ha sido tardía y post represión cuando las protestas llevaban meses, mientras otros gremios como la CCP o la CNA e incluso CONACAMI no han cobrado ningún protagonismo. Por su parte, la oposición institucional representada por Humala y el PNP una vez más se ha mostrado inoperante e incapaz de generar iniciativas prontas que enfrenten al gobierno. Sin embargo, ante la represión desatada se han activado prontamente redes de solidaridad internacional con ECUARUNARI del Ecuador o el ACIN de Colombia, y también redes nacionales realizándose marchas y vigilias en varias ciudades del país aunque hayan sido invisibilizadas por los grandes medios de comunicación. Lo mas deseable seria que toda esta ira social pudiera ser capitalizada políticamente por un proyecto de izquierda que articule una propuesta sensata frente a la hegemonía neoliberal compitiendo democráticamente por el poder el 2011. Pero los deseos no siempre se concretan y la intransigente soberbia del gobierno enturbia aun mas el panorama; el trato despectivo a los nativos, la orden de captura a toda su dirigencia, la insistencia de García en una “conspiración extranjera”, los honores a policías y el estado de emergencia en Amazonas no hacen mas que abonar al descontento. Por lo pronto, queda esperar que la movilización social presione para que se abra al paso al diálogo y las demandas amazónicas sean escuchadas evitando volver al viejo péndulo de exclusión y violencia por el que tantas veces nuestra historia ha transitado; una vez mas la tarea esta en nuestras manos.

Entrevista a Plinio Kategori, COMARU, Consejo Matziguenga del Río Urubamba. Machupicchu, Aguas Cakientes

REENCUENTRO DE CULTURAS ANDINO- AMAZONICA EN MACHUPICCHU


Publicado en: Diario “El Sol”, Cusco 5 de junio de 2009

Por: Bertha Bermúdez Zamalloa
bermuzama@hotmail.com


La serie de decretos legislativos emitidos por el gobierno peruano para promover la industria forestal ha causado una situación polémica en los pueblos amazónicos del Perú, la forma inconsulta de esos dispositivos legales ha afectado seriamente la situación socio-cultural de los habitantes selvático, resultando atentatorias a la ancestral propiedad comunal, motivo por el cual en actitud de protesta y rechazo se han emprendido una serie de medidas de fuerza por considerarlas atentatorias a sus intereses sociales.
Ante la masiva reacción del oriente peruano se han sumado otras regiones del país y también los pobladores del valle de la Convención del Cusco, como bien se sabe en el mes de mayo se han producido diversas paralizaciones una de ellas, la mas temida constituyo la llegada a la ciudad inka de Machupicchu en una suerte de “toma”, anunciada para el 27 de mayo, cuando un grupo de doscientos matziguengas y cincuenta agricultores de la zona, arribaron hasta Aguas calientes, haciéndose presentes 9 representantes de las 18 comunidades nativas.
COMARU (Consejo Matziguenga del Río Urubamba) es una de las organizaciones representativas de nativos de la selva cusqueña que busca dialogar, reflexionar para concertar, propuesta que permitiría superar la tensa situación que de un tiempo a esta parte remece al país. La cuasi fugaz presencia de los matziguengas en área del Santuario Histórico de Machupicchu, sin duda alguna marcará un recuerdo inolvidable para los lugareños que actuaron cual cordiales anfitriones, acaso para mitigar el impacto de la visita inesperada o minimizar el posible accionar de esa medida, claro esta que reconocieron la fuerza colectiva demostrada por los matziguengas basada en valores de solidaridad grupal integracionista, como un paréntesis en el incesante movimiento turístico es necesario reflexionar.

Por el contenido de les expresiones vertidas por Plinio Kategari, miembro del COMARU en una entrevista realizada en el espacio educativo cultural “Conociendo Machupicchu” (INC- PAN MAPI) emitido el 28 de mayo en una prestigiosa emisora de la localidad (Son Latina), transcribimos textualmente:


B. B: Este espacio geográfico-cultural denominado Santuario Histórico de Machupicchu es también un Área natural protegida que requiere ser preservada y conservada como ustedes hacen en vuestro territorio.

Plinio Kategari “Es importante hablar de la naturaleza y sus componentes tanto medioambiente y el ser humano, porque justamente nuestros objetivos siempre han sido la armonía de vivir con la naturaleza y la naturaleza es vida, la naturaleza es fuente de vida, para nosotros los indígenas por eso luchamos por las plantas y los animales por todo lo que la naturaleza nos ofrece porque siempre nos hemos caracterizado por sobrevivir al lado de ellos.”

B.B. Los inkas se caracterizaron por tener una cultura que respetaba la naturaleza, ellos explotaban en forma racional no la depredaban, ¿ustedes los matziguengas también continúan con esas practicas conservacionistas?

Creo que mira lo largo de la historia son mas de 500 años, yo creo que nuestra presencia en Machupicchu va significar mucho dadas las circunstancias, dado que mas de 500 años las luchas entre los inkas y los antis, hoy justamente juntos nuestra llegada es un reencuentro cultural después de tanto tiempo, momento histórico, reencuentro caracterizado por el intercambio de culturas, no éramos tan ajenos a los inkas, nosotros consideramos que hubo una similitud en la vivencia armoniosa, nosotros con la naturaleza. Sabemos muy bien que el gobierno por implementar con el decreto legislativo para favorecer a los transnacionales en el mundo, implementando ese decreto legislativo 1090 garantizará la tala ilegal de árboles en la selva peruana. Para poder cambiar lo que es el estado peruano lo que dice el biocombustible se ha declarado de necesidad y de priorización a nivel nacional. En ese entender nosotros hemos visto para decirle al gobierno: basta ya de atropellos!| nosotros sufrimos durante 500 años sin reconocimiento alguno han pasado de gobierno a gobierno y nunca nos han considerado humanos con derechos. Siempre han invitado a las trasnacionales a que vengan a la sociedad indígena.

B.B. A fin de conservar la naturaleza el Parlamento europeo ha decidido que únicamente importará aquellos árboles cortados legalmente y rechazará aquellos talados en forma ilícita.

P. K. Por calentamiento global la captación de bióxido de carbono y la emisión del anhídrido carbónico, la selva ahora es pulmón del mundo. En la selva nosotros vivimos muy felices, respiramos aire puro, pero con la presencia de las empresas extractivas nos han alterado la vivencia por eso nosotros estamos muy preocupados por nuestras raíces, lo vivimos. La misma naturaleza poco a poco va desaparecer. En la misma naturaleza las aves cantan diariamente con signos de tristeza porque hemos invadido su hábitat, su territorio donde ellos viven felices. Nosotros consideramos y estamos tan seguros; garantizar nuestra existencia humana como matziguengas, es justamente garantizar la estabilidad. Que el gobierno ampare según tenemos esas tierras, seguir teniéndolas como siempre.
Al pueblo de Machupicchu quiero dar este mensaje muy emocionado y sentido: Hermanos, la naturaleza es vida, es fuente vida, es armonía es paraíso por eso hermano de Machupicchu no destruyamos a los animales, a la selva, no destruyamos el medioambiente, dejemos que vivan con nosotros en armonía con todo el medioambiente. Quiero enviar un mensaje en matziguenga: […] Compañeros una vez mas sé que estas palabras que les envío desde el fondo de mi corazón y desde el corazón de la selva, tal vez pasarán, mañana. Pero, por qué pasará, porque nosotros estamos ya recontra cambiando de la idea que teníamos antes, hoy todo lo vemos negocio, es lo que ha cambiado nuestra vida, nuestra existencia. Eso caerá en saco roto, pero creo que esa generación que esta naciendo o que va nacer en el futuro va a ser el futuro de Machupicchu y de todo el mundo, pongámonos a pensar que después de muchos años, después de 500 años un nativo viene a reclamar sus justos derechos hasta llegar y luego darles este mensaje: Conservar la naturaleza de por vida por siglos para la humanidad, para que la humanidad este a salvo, para que nuestra humanidad siga existiendo.

B.B: la selva peruana posee una biodiversidad como pocos lugares en el mundo, por eso ofrece muchos recursos naturales

Nos preguntamos; ¿por qué las grandes potencias miran con gran celo nuestra flora y fauna?, justamente por eso, por su riqueza, su riqueza forestal y también la riqueza cultural de los pueblos indígenas, que yo personalmente me siento orgulloso de nuestra raza. No voy a parar, yo debo a mis ancestros.
No voy a parar hasta conseguir lo que debo para nuestro pueblo, no desconoceré lo que debo a mis antepasados.
Nuestra protesta es pacífica, nuestra intención, confieso, venimos a Machupicchu que ustedes deben atesorar para dar mensaje al Perú, al mundo. Tal vez mañana o pasado mañana nos estaremos retirando de Machupicchu. Lo que habíamos considerado imposible pero estamos ya en el Machupicchu, ya estamos en Machupicchu, es un hito histórico después de 500 años.
Pueblo en general, quiero indicar lo siguiente: ayer mientras realizábamos el paro pacifico, escuchaba con detenimiento algunas manifestaciones, si hubiéramos querido tomar Machupicchu no solo hubiéramos venido 250 personas sino 8 mil, quince mil, pero eso no era nuestra razón.
Tal vez hemos venido a incomodarles un poco, pero sabemos que a través de esta protesta el gobierno y todo el mundo nos escuchará. La [protesta por la] emisión de los decretos no solo defiende a planta y animales sino la defensa de nuestros derechos, que nos respeten como personas. Escuchaba que estamos en contra de las concesiones, privatizaciones, según lo que veo analizo eso queda solo en la palabras
Invoco vuestro espíritu combativo, no quedemos en papeles o palabras todo ello que se le lleva el viento sino actuemos con justa razón porque creo aparte de que Machupicchu sea del mundo es de ustedes es de nosotros y debemos ser los mas beneficiados con esto también quiero reiterar y agradecer a todas las personas que nos han apoyado que han sentido estos problemas, nuestros problemas, que no solo afecta a los nativos sino a toda la nación. A esas personas que asistieron con convicción, aquellas personas que no asistieron porque solo ven lo económico pueden estar hoy felices, seguro la generaciones de ustedes tendrán y pagarán el peso de vuestras conciencias
Aquellos que solo ven lo económico ahora están felices pero las generaciones de ustedes pagarán.
En nuestra sociedad la naturaleza se encargará de vuestras acciones, si favorecen o maltratan a la naturaleza con el tiempo los devolverá los favores o disfavores. Iimploro vivan cada uno sabiendo que tiene que defender lo suyo, estamos todos unidos en armonía aunque sea con un saludo cuando hayan tenido desavenencias.
Estamos en armonía si alguna ves hemos tenido intercambio de palabras con solo vuestra presencia se ha visto unidad del pueblo Matziguenga.
Sea una elección de unidad del pueblo por lograr que estamos por lograr, como no garantizar lo que es nuestro lo que ha sido y siempre sea nuestro, me despido de ustedes hasta a otra oportunidad si Dios lo permite hasta ese entonces…

Fotos:
(1)Recorrido de los Aborígenes selváticos por el pueblo de Machupicchu.



(2) Adquirido en contienda?... no!! Son recuerdos del encuentro con un grupo de Antisuyo.



(3)Después de algunas centurias se interrelacionaron andinos y antis.



martes, 27 de mayo de 2008

La Cumbre ALC - UE y la Amazonia

Por: Róger Rumrrill | Kanatari





Más allá del show mediático del presidente García, del caos vehicular y del encarcelamiento de Lima “como un ensayo de la criminalización del movimiento social”, como dijo el economista Hugo Cabieses en el balance que el citado experto y el suscrito efectuamos la noche del miércoles 21 en la Casa Museo Mariátegui en Lima sobre la V Cumbre, es pertinente preguntarse qué beneficios, lecciones y promesas ha dejado esta cita internacional al Perú y sobre todo a la Amazonía.



Para un sector duro de la oposición, la V Cumbre ha sido un “saludo al banderín”, sin ningún resultado concreto, positivo y de beneficio para los peruanos. En la otra orilla, algunos funcionarios del gobierno creen haber tocado el cielo con esta cita. David Lemor de Proinversión ha dicho que el gobierno ha asegurado inversiones por un monto de mil millones de dólares, aunque hasta ahora el funcionario gubernamental no ha dado los nombres de las empresas o gobiernos que han prometido esa millonaria inversión.

Ubicándonos en un justo medio, diremos que la V Cumbre no ha sido inútil. Las agencias de viaje, el transporte terrestre y aéreo, los hoteles y restaurantes hicieron su agosto. El Municipio de Padre Abad, que me invitó a presentar en Aguaytía la “Gran Enciclopedia de Ucayali”, pagó 300 dólares a “Lan Chile” por mi pasaje sólo de ida de Lima a Pucallpa la noche del miércoles 14 de mayo. Los precios del transporte terrestre a provincias alzaron vuelo hasta alcanzar incrementos escandalosos del 200 a 300 por ciento. El Perú, habitualmente ignorado en la gran prensa estadounidense y europea, ganó espacios en los medios que sólo había tenido durante la sangrienta guerra de Sendero Luminoso y más recientemente con el terremoto de Ica.



El blindaje del sistema neoliberal



Pero la Cumbre de América Latina, el Caribe y la Unión Europea (ALC-UE) no sólo fue eso. Fue algo más. Fue una reunión donde los Gobiernos y los organismos multilaterales reafirmaron su decisión de no tocar ni con el pétalo de un rosa al sistema neoliberal, blindándole férreamente ante cualquier amenaza de cambio e incluso de críticas. Por eso el gobierno de Alan García no ahorró adjetivos utilizando a su prensa mercenaria para demonizar la Cumbre de los Pueblos.

Esa misma prensa, igual de servil y rentada que con Fujimori, fue la encargada de difundir verdaderos psicosociales para convencer a la mayoría de los peruanos que el modelo neoliberal es perfecto, que no necesita ninguna corrección ni cambio en sus extravíos, sus excesos, sus asimetrías y sus inequidades. Próximos al evento, la televisión pasó reportajes de los nuevos ricos del Perú, donde desfilaron los Añaños, los Flores, los Páucar, esos nuevos ricos nacidos en algún pueblo remoto del interior del país y que construyeron sus fortunas vendiendo papas, gaseosas, o comida en carretillas. Pero los ricos que mandan en este país fueron ocultados: las multinacionales petroleras y mineras, el sistema financiero y los otros.

El mensaje que transmitían esos reportajes era muy nítido y aleccionador: todos podemos ser ricos en el Perú. Todos podemos ser como Añaños, Flores y Páucar. Sólo hay que trabajar. Hay que dejar el sistema como está. Las huelgas, los paros, las rebeldías, las protestas, sólo impiden que todos seamos ricos. Y para dorar la píldora, el heredero del Grupo Romero apareció escribiendo en dos periódicos de Lima, uno de derecha y otro de izquierda, presentándose más o menos como un miembro de la sagrada familia. En el mismo momento en que al hombre más rico del Perú el gobierno de Alan García le entregaba mediante la Resolución Suprema 255-2007-AG, 3000 hectáreas de tierras cultivadas hace mucho tiempo por un centenar de campesinos en Barranquita, en Lamas, en la Amazonía, para la producción de biocombustibles a gran escala.



La cumbre de las contradicciones



Por eso suena contradictorio y hasta cínico el discurso de los mandatarios que concurrieron a la V Cumbre y los 57 acuerdos de la “Declaración de Lima”, cuyo contenido en un 90 por ciento está dedicado a hablar de la lucha por la “cohesión social y contra la pobreza y el cambio climático”.

¿Pero acaso el sistema neoliberal tal como lo conocemos en el Perú no es una verdadera fábrica de pobres, de desigualdad y exclusión? ¿No es acaso la llamada economía moderna, aquella en que las grandes empresas mineras, petroleras y madereras obtienen montañas de ganancias a costa de destruir el planeta con la tala masiva de bosques, las emisiones de gases, la erosión y contaminación de los suelos agrícolas, de los ríos, lagos y mares?



La Cumbre ALC-UE y la Amazonía



Es este modelo económico que la V Cumbre ALC-UE acaba de blindar una vez más, el mismo el que ahora se empeña en abrir el mercado de tierras y privatizar la Amazonía con un objetivo: vender las tierras amazónicas de indígenas y ribereños a las grandes empresas nacionales y extranjeras para la producción de biocombustibles, commodities (soya, cacao, café, petróleo, gas) y como sumidero de carbono.

La “Ley para el otorgamiento y aprovechamiento de restingas o tierras inundables” y el “Decreto Legislativo 1015 que unifica los procedimientos de las Comunidades Campesinas y Nativas de la Sierra y de la Selva con las de la Costa, para mejorar su producción y competitividad agropecuaria” promulgadas como parte del proceso de implementación del Acuerdo de Promoción Comercial Perú-USA, más conocido como TLC, son dos claros e inobjetables ejemplos de lo el presidente García se propone hacer con la Amazonía como el nuevo y alucinado converso de la doctrina neoliberal.

La hora de la resistencia, propositiva, inteligente, pacífica, unitaria, ha llegado para la defensa de la Amazonía. Publicado: 23/05/2008

domingo, 11 de mayo de 2008

LOS USOS DEL DISCURSO DEL TERRORISMO Y EL TOTALITARISMO EN EL PERÚ

Alvaro Campana Ocampo

Dedicado a los presos de conciencia, a los dirigentes populares perseguidos y a los que a pesar de todo, a los campesinos indígenas asesinados por el gobierno aprista, y a quienes siguen ejercitando el pensamiento crítico en el Perú.

Este artículo busca plantear que el Perú está tomando un rumbo peligroso, fascistoide, totalitario. Haciendo uso de ese “buen negocio” –como afirma Sinesio López en un reciente artículo- que ha implicado revivir el terrorismo para recuperar su legitimidad pérdida, el gobierno de Alan García y los grupos dominantes a los que responde, vienen implementando mecanismos y acciones destinadas a mantener sus privilegios aún a costa de los más elementales derechos y del ya de por sí restringido régimen democrático liberal. La idea de este texto es ir más allá de los argumentos de algunos intelectuales y políticos bienpensantes, y la forma en que expresan el sentido común que hemos heredado de las décadas de guerra interna y la imposición de la dictadura fujimorista.

Obviamente, no vamos a caer en la suposición de que estos argumentos son producto de un velo ideológico; más bien es resultado de la instalación de un discurso cínico, que admite que se están produciendo una serie de atentados contra la justicia y los derechos de muchos peruanos –situación reprobable por principio- pero que se aceptan, porque “las cosas en este mundo funcionan así”. Un sentido común que se alimenta del individualismo, el miedo y la deshumanización en la que hoy nos encontramos sumergidos, como resultado de la imposición totalitaria del discurso y la materialización del neoliberalismo a través del militarismo y la ideología “antiterrorista” a nivel global, pero que tiene sus anclajes en el pasado reciente de la historia peruana.

A partir de los atentados del 11 de septiembre en EEUU, el neoliberalismo entró a ser implementado fundamentalmente desde estrategias guerreristas. Para esto, se ha construido el discurso del “terrorismo”, cuyo propósito es buscar disciplinar preventivamente –de ahí los ataques preventivos- a toda voz cuestionadora, arrasando con los derechos mínimos que hacen la base aunque sea de una “democracia de baja intensidad”. En este sentido, cualquier voz discordante con los intereses del statu quo, puede ser tipificada de o potencialmente “terrorista”. Es un discurso en el que la sociedad entera se vuelve sospechosa, y en el que los derechos pueden ser suspendidos en un “estado de excepción” que se hace cada vez más permanente y empieza a ser expresado en términos jurídicos. Esto implica la desaparición del “Estado de derecho” que garantiza los derechos civiles y políticos mínimos.

Bajo la lógica del discurso del terrorismo, el “terrorista” pierde su carácter de “ser humano” y por tanto su “derecho a tener derechos”, como pasó con los judíos en la segunda guerra mundial, y como hoy pasa en Guantánamo. Al ser expulsado de la comunidad política, puede estar expuesto a cualquier vejación e incluso ser desechado. El castigo hacia él, funciona como mecanismo ejemplarizador buscando que nadie se atreva a contradecir al poder, e introyectar este perverso discurso en la sociedad siempre sospechosa, que decide ceder su poder y su soberanía a quienes se vuelven sus defensores y protectores, un caudillo o la clase política que define lo que es conveniente para ella.

Hannah Arendt –filósofa judío-alemana, emigrante que asumió orgullosa su ciudadana norteamericana- considera que esto se llama “totalitarismo”. Y éste, como tal, es resultado de la expansión global del capitalismo, que busca su ampliación permanente y que tiene una su otra faz en el poder imperialista, que también se expande y rompe todos los límites, por ejemplo el orden internacional y el estado de derecho interno, con el propósito de continuar, reproducir y ampliar las ganancias y el poder. A la vez, el totalitarismo se destruye a sí mismo, porque bajo esta lógica empieza a convertirse en enemigo de su propio pueblo y la discrecionalidad que tiene cada vez más una minoría para tomar decisiones hace que pierda legitimidad. Mezclándose con discursos racistas que son su dimensión ideológica, el totalitarismo se da en situaciones históricas particulares.

Hoy parece que esas condiciones y el propio totalitarismo se viene materializando a nivel mundial en nombre de la “defensa de la cultura occidental”, de la “libertad” y la “democracia”. El afán militarista del imperialismo norteamericano se exacerba ante la necesidad de garantizar las ganancias de las trasnacionales y controlar los recursos estratégicos cueste lo que cueste: eliminación de personas, guerras y catástrofes climáticas son expresiones de un afán de “hegemonía total” sobre el conjunto de la vida. Y sin duda, la ideología que lo soporta y legitima es el discurso del terrorismo al que hemos aludido y que puede ser comparable al racismo que tenía el discurso nazi-fascista. El terrorista es ese no-humano al que se puede liquidar y del que la sociedad se debe proteger porque puede estarse incubando en ella misma.

Este fenómeno se expresa en lo que viene sucediendo en este momento en el país. Como dice Sinesio López, el país está transitando hacia el totalitarismo. Los privilegiados, “los que parten el jamón”, son una minoría que concentra cada vez más poder político y económico, y están al servicio del capital trasnacionalizado. Al sentir cuestionados sus privilegios y sus ganancias, se “vacunan en salud” y recurren a la implementación de dispositivos de disciplinamiento y normalización. Para hacerlo, tienen su “filósofo rey” (Alan García), “un devaluado caudillo autoritario” -como dice López- que dice a la sociedad lo que es conveniente para ella. Los que no están de acuerdo son “perros del hortelano”, “terroristas” a los que hay que “meter bala” si es necesario.

Podemos hacer todo un catálogo de los dispositivos a los que hemos aludido: legislación que criminaliza la “protesta social”, es decir la hace equiparable a un crimen; la permisividad en el uso de armas por parte de las “fuerzas del orden” para reprimir las protestas, que ya ha provocado varias muertes, todos campesinos indígenas, para variar; la participación de las fuerzas armadas en el control del orden interno, en los casos en que el presidente o los ministros de defensa y el interior lo consideren; la persecución por terrorismo a dirigentes populares relacionados con las movilizaciones, consultas populares, etc.

Por otra parte, los medios masivos de comunicación –que funcionan como los aparatos de propaganda y de reproducción ideológica fundamental, controlados por los propios grupos de poder- consolidan el discurso totalitario. Al satanizar expresiones políticas no compartidas por los grupos de poder, haciendo eco de la necesidad de condenar el “contrabando ideológico”; vinculando forzadamente a los movimientos sociales locales con el “chavismo” –que es la expresión del nuevo eje del mal- o las FARC, y resucitando al MRTA. Como dice Sinesio López, el mejor negocio para las imposiciones autoritarias, es resucitar el terrorismo, que se hace extensivo a todo opositor.

Este discurso, tiene un anclaje local. Efectivamente, en la década de los ochenta y noventa, los actores del conflicto interno hicieron uso del terrorismo como política y como método. Los coches bombas, la esclavización de los ashaninkas, el asesinato de comunidades a machetazos a manos de las huestes de Sendero Luminoso por orden de Abimael Guzmán, el asesinato de dirigentes de izquierda, implicaban una política de terrorismo para forzar la idea de que había un “equilibrio estratégico” en la guerra con el Estado, mostrando un absoluto desprecio por la vida. El MRTA de acciones de guerra contra las Fuerzas Armadas, terminó secuestrando civiles y resolviendo las diferencias internas con asesinatos. Las Fuerzas Armadas, por su parte, implementaron la política de terrorismo de Estado: con la lógica de tierra arrasada, de “acabar con el agua –es decir aplicar el asesinato masivo por si había algún terrorista- para que el pez muera”. Las torturas y masacres de niños, ancianos, mujeres y hombres que se descubren en las fosas comunes y en los cuarteles fueron parte del uso sistemático del terrorismo como política de Estado, convirtiéndolo en una maquinaria al servicio de los grupos dominantes, destruyendo su propia legalidad y legitimidad.

Fue una guerra en la que la sociedad estaba en medio. Especialmente miles de campesinos indígenas que estaban invisibilizados fueron asesinados, principalmente por acción del senderismo y de las Fuerzas Armadas. Expresión de toda una “tradición autoritaria” en el Perú, la guerra interna terminó en la aplicación de estrategias terroristas contra la sociedad en su conjunto, y estos usos por parte de los vencedores en este caso, no han terminado de ser esgrimidos para imponer un proyecto que no podía tener sino una forma dictatorial, como la que expresó el fujimorismo, y a la que hoy transita el alanismo.

El tema del terrorismo por supuesto es un tema sensible para el Perú, y García y la derecha con la que gobierna, lo invoca para sus propósitos. El miedo, producto del “schock” no sólo de la violencia subversiva, sino del terrorismo de Estado, la crisis económica que atravesó el Perú en los ochentas dejaron a las fuerzas democráticas exhaustas y exacerbaron la “tradición autoritaria” que expresaba sobre todo el senderismo, quienes se hicieron cargo del Estado hasta desembocar en una dictadura como la de Fujimori, y el MRTA al optar por una estrategia militarista. Alan García es la resaca de esa impronta autoritaria en el Perú. ¿O es que la matanza de los penales, -de los muchos presuntos subversivos que el dijo admirar por su “mística”- de la cual él es autor intelectual y responsable político, y cuyo ejecutor es su actual vicepresidente el Almirante Giampietri que fue parte del Fujimorismo, no expresan un “continuum” con sus actuales políticas represivas y el autoritarismo del que hoy hace gala?

El tema de los ciudadanos peruanos que fueron detenidos en la frontera con el Ecuador después de participar en el Congreso de la coordinadora Continental Bolivariana, y que hoy, ya fuera del Estado de derecho y en “estado de excepción” siguen en prisión sin pruebas concretas, nos plantean una cuestión de principios e incluso de defensa de nuestra “democracia de baja intensidad”. A estas alturas, los “siete de Tumbes” se han convertido en el “chivo expiatorio” como lo fueron los judíos para el Reicht, los terroristas peligrosos a los que hay que privar de derechos para demostrar que necesitamos ser cuidados de ellos.

La persecución contra los dirigentes que promovieron una consulta para definir si admitían las operaciones de una empresa minera en la sierra de Piura que han sido acusados de terrorismo, así como el proceso judicial abierto contra más de trescientos campesinos de las comunidades involucradas son una verdadera aberración. Lo es también que el Presidente de la República inste a las Fuerzas del Orden a usar sus armas de reglamento contra el bloqueo de una carretera por parte de un sector de los mineros del centro del Perú, aduciendo que están protegidos por la ley cuando intervienen contra “criminales”.

Esta lógica totalitaria, es a nuestro entender, resultado del carácter intensivo de la expansión capitalista que procede a la “colonización del conjunto de la vida”, en función de las trasnancionales y de la neo-oligarquía criolla, que buscan privatizar todo y hacerlo todo negocio: nos expropian el agua, destruyen las tierras de cultivo, quieren lotizar la selva, condenan a las grandes mayorías a la exclusión, pretenden desplazar a los pueblos indígenas de sus tierras y -de hecho ya lo hacen-, desarrollan una política antinacional que concentra el poder político y económico en sus pocas y privilegiadas manos, alejando de las decisiones y del bienestar a las grandes mayorías. Entre tanto los abismos sociales se profundizan, los grupos de poder hablan de bonanza económica y desarrollo, y obviamente saben que eso tendrán que mantenerlo “a patadas”, como le gusta a García, a “sangre y fuego”.

Esta realidad viene presentando fuertes resistencias. Los crecientes conflictos sociales que vive el país, por supuesto, no son hechura de confabulaciones y triangulaciones extrañas entre las FARC, el chavismo y el fantasma del MRTA, que son alucinaciones del gobierno para preparar el terreno y hacer del Perú un centro de operaciones militares de los estadounidenses; son resultado de la crisis de legitimidad que atraviesa el actual orden político, económico y cultural, ante la cual el poder recurre a lo que algunos autores han denominado el “neoliberalismo armado”.

Si alguna lección podemos haber aprendido es que la guerra no es la continuidad de la política por otros medios, es su antítesis. “El capitalismo del desastre” del que habla Naomi Klein, y este afán de “hegemonía total” a través de la militarización total de la sociedad del que nos habla Ana Esther Ceceña, son absolutamente antidemocráticos y además, como hemos visto, totalitarios. En este sentido, si algo podemos hacer en este momento, es justamente politizar la discusión, es decir develar los antagonismos sociales y culturales en el sentido más amplio, discutir las relaciones de poder que están subyacentes en este tipo opresivo de sociedad en el que vivimos, generar espacios de discusión y acción política sobre los problemas de la sociedad para las grandes mayorías, que es lo que se pretende hacer en la Cumbre Social de los Pueblos, tan satanizada por los tecnócratas neoliberales que hoy están en el Estado. En esta tarea los intelectuales críticos tienen una importante tarea.

Lo mismo debemos hacer con el tema de la violencia política que vivimos y -por lo visto- seguimos padeciendo. Es decir, abordarlo como un asunto político. No reducirlo a un problema de “buenos” y “malos”, como en los dibujos animados o las historietas, sino comprender los fenómenos que estuvieron detrás de esto –y que no parecen haberse resuelto- e intentar a partir de esto avanzar hacia la conformación de una democracia más sustantiva, donde la justicia social, económica y cultural sean el piso sobre el que construya la dignidad y la autodeterminación de las grandes mayorías. Es la polarización socio económica, la exclusión que en nuestro país que ha tenido un componente fuertemente étnico, los que han provocado las salidas violentas y autoritarias desde los “insurgentes” y desde el Estado, hasta las formas de fascismo social que hoy observamos en la existencia de “playas exclusivas” y racistas como las de Asia, o los cercos que las “clases medias” y altas construyen contra los “bárbaros” plebeyos que amenazan su seguridad y militarizando la propia cotidianidad.

No se puede construir una democracia sustantiva, cuando los ciudadanos se han convertido en menores de edad que requieren de la tutela de la clase política y de los “ricos y modernos” que saben lo que es bueno para las mayorías; o en el que se han cosificado, convirtiéndose en individuos aislados, instrumentos de la reproducción capitalista y del poder, asustados y temerosos de perder lo poco que han obtenido frente al amo y que se vuelven contra los que tienen su misma condición o simplemente los ignoran. Y es en este sentido que tenemos una gran responsabilidad, de la que no podemos zafarnos pues de todas formas seremos responsables del tipo de sociedad que se perfila hacia el futuro. Es necesario abrir causes a la política, a la intervención de las mayorías diversas para re-fundar el país, establecer una paz que no sea la de los cementerios y conformar un sistema político que es expresión de la democratización radical de las relaciones sociales en todas sus formas: desde lo cotidiano, lo cultural, lo económico, con la naturaleza y en la autoridad.

Puede que esto a algunos les suene a poesía y utopía, prefiriendo a ellas su desencanto, su miedo o su cinismo. Sin embargo, creo que no tenemos otra opción para evitar la violencia, la cosificación y el totalitarismo que hoy se ciernen sobre el país a través de sus operadores criollos.

Finalmente, permítasenos citar al propio García aludiendo unas ideas escritas en su libro El Nuevo Totalitarismo, escrito después de su catastrófico primer gobierno y antes de su fervorosa conversión al “neoliberalismo armado” al asumir su segundo gobierno y que suenan a profecía auto-cumplida:

"En diciembre de 1991 publiqué un breve libro advirtiendo los peligros de la ola ideológica que proclamaba con fervor ideológico la supremacía del mercado. Lo titulé El Nuevo Totalitarismo e intenté señalar en él, los límites del nuevo modelo económico y social que entonces comenzaba a ponerse en práctica. Advertí en sus páginas que su fanatismo llevaría, en algunos países como el Perú, a la destrucción de la democracia (Pág. 70), como después ocurrió" (51). Y es que "meta final o tesis absoluta son enemigas de la libertad, porque son el fin que justifica los medios, tanto para el comunismo científico como para el neoliberalismo que proclamando el 'fin de la historia' sacrifica la libertad y la tolerancia para imponer el dominio del libre mercado" (85). "Y en el Perú, al igual que en el mundo se creó la 'Moral del Mercado' como fundamento ético de todas las acciones. Así se pretendió legitimar la injusticia" (97s.).

Modernidad y política en el siglo XXI. Globalización y justicia social. Alan García.

lunes, 24 de marzo de 2008

LOS 7 DE TUMBES

(La palabra ingenua 24/03/2008)
Por runa, comunidad del río hablador


Amigos,
Regresando a las andadas.
Un no muy breve acercamiento con el caso de los siete apresados en Tumbes para (¡mínimo!) conocer su versión. Y en el blog algunas noticias que pueden interesar:

Esta semana: Cumbre Social de los Pueblos en el centro del Perú
Indígenas de toda Sudamérica se reunen para hablar del cambio climático
Artículo de Alfonso Gumucio: Bolivia, Información sin ética
Artículo de Naomi Klein: "Obama, ser llamado musulmán no implica ser difamado"
Irak: 5 años invadido (especial de Rebelión.org)
Abrazos,
runa
http://peru.indymedia.org/news/2008/03/38858.php
http://lapalabraingenua.blogspot.com/



Los siete de Tumbes
Una conversación con Roque Gonzáles La Rosa



El domingo por la mañana estuve de visita en el penal de Castro Castro. Mi objetivo: conocer y conversar con Roque Gonzáles La Rosa, apresado en Tumbes hace unas semanas junto con otras seis peruanas que regresaban de Quito. En la primera parte de este artículo únicamente busco dar voz a Roque, cosa elemental en el periodismo pero que ni se le pasa por la cabeza al agudo investigador Pablo O'Brien o a los sabuesos de Correo, que se limitan a reproducir informes de “inteligencia”. En la última parte me voy a dar la libertad de comentar brevemente algunas opiniones sobre lo grave que resulta la captura de los siete de Tumbes.

Palabra de Roque

Roque está acusado por la fiscalía de ser miembro del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) y de ser el nexo entre dicha organización y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). De hecho, él ha sido militante del MRTA y por eso ha pasado 9 años en la cárcel, entre 1996 y el 2005. Según la Policía, al salir de prisión ha continuado su trabajo partidario y ha utilizado de fachada a la Coordinadora Continental Bolivariana, el nuevo monstruo de siete cabezas con el que fanteasea la prensa. La historia que él nos cuenta es un tanto diferente.


Al salir de prisión, además de preocuparse por conseguir chamba y “reinsertarse” en la sociedad, procura (cómo no) reinsertarse en la vida política. Pero se encuentra sin espacios: tantos años después no conoce la nueva dinámica de los grupos de izquierda. En agosto del 2005 se realiza en Venezuela el Festival Internacional de la Juventud: la excusa perfecta para conocer un proceso que causa mucha expectativa en amplios sectores de izquierda. En el viaje conoce a la ahora famosa Coordinadora Continental Bolivariana (CCB), una suerte de “foro” internacionalista abierto para promover la solidaridad con las luchas nacionales y la apuesta por un modelo de integración regional diferente. Es entonces cuando decide impulsar un “Capítulo Perú” de la CCB.


¿Quiénes se aglomeran alrededor de esta CCB Perú? Sectores diversos que van desde la Juventud Nacionalista, el PSR y los Partidos Comunistas hasta movimientos juveniles como Integración Estudiantil (IE), José María Arguedas (JMA) y Todas las Voces (TLV). ¿Cuál es la naturaleza de la CCB Perú? En palabras de Roque, el espacio “solo daba” para realizar “agitación y propaganda”. Léase: eventos, volantes y marchas: una conferencia sobre el TLC por aquí, una marcha contra el ataque israelí al Líbano por allá, y su evento más grande: la Cátedra Bolivariana, que tanto escandalo ha causado a Pablo O'Brien que aún no se explica de dónde salió la plata para “alquilar” un auditorio de San Marcos. Roque me hace notar que ninguna de las actividades organizadas por la CCB Perú trataba ni acerca de las FARC en el conflicto colombiano, ni acerca del MRTA y la guerra interna peruana, los dos temas que causan tanta preocupación a “Inteligencia”.


En ese momento empieza un cierto hostigamiento contra la CCB. Es la época del famoso reportaje alucinado de El Comercio que vincula orgánicamente a todos los movimientos radicales latinoamericanos con la CCB, con Hugo Chávez y con las FARC. La Policía pide que se revoque la libertad de Roque, cosa que un juez rechaza. En diciembre del 2006, dos integrantes de Todas las Voces (agrupación que se había retirado de la CCB) son detenidos y acusados de querer atentar contra Alan García. Las aguas estaban movidas. Por si fuera poco, la CCB Perú se había desgastado un tanto y cada grupo había regresado a su dinámica. Roque decide volver a Venezuela y meterse más a fondo en el proceso. Allá empieza a trabajar en un municipio en la promoción de la participación ciudadana y de los consejos comunales. No puedo evitar una breve digresión, porque no pude evitar preguntar un poco más sobre el tema. Roque ha quedado muy impresionado de lo que se está realizando en Venezuela. En sus palabras, “nosotros hemos sido durante años entrenados para tomar el poder. Bueno, allí teníamos el poder: teníamos el presupuesto y la logística para hacer las cosas en las que creemos e impulsar un verdadero poder popular”. Aún así, Roque reconoce y se muestra preocupado porque el proceso depende demasiado de la iniciativa de Hugo Chávez.


Los últimos 8 meses Roque los ha pasado en Venezuela, metido de cabeza en el proceso y desconectado de lo que pasaba con la CCB Perú. Pero hacia febrero del 2008 estaba convocado un Congreso Continental Bolivariano, en Quito. ¡Cómo dejar pasar la oportunidad! Después de todo, así estuviera un poco desactivada, la CCB Perú había sido en su momento uno de los capítulos más activos. Así que Roque consiguió que el instituto José Carlos Mariátegui, una ONG venezolana, le financiara 200 dólares para asistir. Llegó a Lima y partió desde Fiori con el resto de la delegación limeña. Él paga todos los pasajes para sencillar sus $ 200, y los demás le pagan a él. Allí están los 550 soles de la peligrosa financiación venezolana. Recién en Tumbes se dan con la sorpresa de que había otras dos delegaciones peruanas viajando: una CCB Cusco y una CCB Huancayo, formadas de manera autónoma mientras Roque estaba fuera del país.


El evento en Quito: la típica dinámica de un Congreso, que es antes que nada una oportunidad para que las delegaciones de distintos países se conozcan e intercambien experiencias. El último día se realiza una marcha pública hacia la Embajada Norteamericana. De regreso, y luego de que todos los miembros de la delegación sellaran sus pasaportes en todos los puestos habidos y por haber, son detenidos por la Policía peruana en Tumbes.

¿Y cuál es la acusación fiscal? El documento en el que se explica de qué se acusa a cada uno de los siete detenidos y bajo qué argumentos es tan débil que no sé si debe llevarnos al llanto o a la risa. A las seis mujeres se las acusa de formar parte del MRTA. ¿Cuáles son las pruebas? Haber participado en el evento de la CCB; “haber participado en el visionado del video de Raúl Reyes” (por primera vez me entero que ver un video puede ser delito); “haber gritado en una marcha consignas que buscan desestabilizar al Gobierno, tales como 'Uribe y García, la misma porquería'”. La acusación llega a ser tan absurda que en el caso de una de las detenidas se menciona su orientación “radical” como una prueba. En cuanto a Roque, las pruebas de que aún pertenece al MRTA son igualmente débiles: manuscritos de artículos publicados en diversos periódicos donde lanza la consigna de “Patria o muerte, venceremos”; una foto donde aparece con Narciso Isa, dominicano que según la Policía es miembro de las FARC pero que no tiene requisitoria alguna por terrorismo; y el pago de los pasajes, cuyo origen, en la versión de Roque, ya explicamos. Roque niega tajantemente que aún pertenezca al MRTA. Es más: según él, dicha organización ya no existe, para todo efecto práctico.


Si el proceso fuera meramente jurídico, Roque y las seis compañeras deberían salir libres de inmediato y, en todo caso, seguir el juicio fuera de la prisión. Los hechos demuestran que no ha habido ninguna intención de evadir la Ley ni de ocultarse. Más temprano que tarde la Justicia tendría que llegar a la conclusión de que no existen pruebas para vincularlos con las acciones que sugiere la Policía. Sin embargo, la voluntad del Gobierno de iniciar una cacería de brujas y tener a quién echarle la culpa de las protestas ha tenido un peso determinante en la acusación fiscal. Roque me dice: “yo nunca he jugado al inocente: desde mi primer juicio confesé mi pertenencia al MRTA. Pero esta es la primera vez que me detienen y que sí soy inocente”. Además de su caso, está sumamente preocupado por su esposa Damaris y por las otras cinco mujeres, muchas de ellas con escasa relación con estos temas políticos.

Estas, entre otras muchas cosas, fueron las que conversé en la mañana del domingo con Roque, mientras tenía la amabilidad de invitarme un pan con manjarblanco y, luego, de compartir conmigo un plato de lentejas.


La política del miedo

Lo que me preocupa seriamente es nuestra poca capacidad para solidarizarnos actívamente con este caso. Esa incapacidad tiene que ver directamente con el miedo. Muchas personas estamos dispuestas a movilizarnos por un sinnúmero de causas, pero en cuanto el Gobierno dice “MRTA”, o peor aún “Sendero Luminoso”, ya no somos capaces siquiera de detenernos a pensar cuánto sustento tiene la denuncia. Damos la espalda y huímos despavoridos. Si eso es así en el caso de luchas actuales y de activistas jóvenes, tanto peor en el caso de antiguos militantes de esos dos movimientos armados. Debo aclarar que no tengo ninguna simpatía por los movimientos armados. Pero no se trata de eso: se trata de que no se puede sepultar a las personas de por vida.


En Bolivia, Uruguay, Venezuela, Nicaragua y otros países, antiguos guerrilleros están hoy en la política activa, en muchos casos desde el propio Estado. Estos países han pasado por procesos en los que, de una u otra manera, la sociedad ha asimilado que quienes fueron actores de las guerras internas tienen, en última instancia, legítimo derecho de hacer política. Pero en el Perú hay quienes pretenden que haber participado del conflicto armado sea sinónimo de ser un cadáver político, pese a que las condenas de Ley hayan sido cumplidas.

Hace un año, cuando empecé a publicar esta columna, escribí un artículo que terminaba con los famosos versos atribuidos a Brecht: “cuando los nazis vinieron por los comunistas me quedé callado; yo no era comunista. Cuando encerraron a los socialdemócratas permanecí en silencio; yo no era socialdemócrata. Cuando llegaron por los sindicalistas no dije nada; yo no era sindicalista. Cuando vinieron por los judíos no pronuncié palabra; yo no era judío. Cuando vinieron por mí, no quedaba nadie para decir algo”.

No se trata de definir si estamos a favor o en contra de las ideas de Roque Gonzáles la Rosa, si simpatizamos o no con Hugo Chávez o si nos gusta el bolivarianismo. Se trata de algo mucho más básico y elemental: los siete de Tumbes están presos por sus ideas. La Policía no ha mostrado una sola prueba de su pertenencia a una organización subversiva, y menos aún planes o capacidad operativa para realizar ningún tipo de acción armada. Lo único que ha mostrado son declaraciones, consignas y opiniones. ¿Vamos a permitir que en nuestro país haya personas detenidas por sus opiniones políticas?




Nota: el documento original ha sido elaborado con OpenOffice.org Writer como procesador de textos. Utilice y difunda software libre: ¡No al monopolio corporativo de Microsoft y compañía!

jueves, 6 de marzo de 2008

POR EL RESPETO A LOS DERECHOS POLÍTICOS Y LA LIBERTAD DE ORGANIZACIÓN EN EL PERU

PRONUNCIAMIENTO


Actualmente en el Perú se vive una situación de constante vulneración de los derechos civiles y políticos de los ciudadanos y ciudadanas. La criminalización de la protesta social, las restricciones a la libertad de organización política y la constante persecución de quienes hacen política opositora al gobierno aprista son una clara muestra de ello.


El viernes 29 de febrero, siete ciudadanos procedentes de Quito luego de participar de la II reunión Internacional de la Coordinadora Continental Bolivariana (CCB) fueron detenidos en Tumbes. Los jefes policiales y personalidades del gobierno se han apresurado en presentar estos hechos como una importante captura de delincuentes terroristas que iban a cometer atentados contra la APEC. Asimismo resaltaron los supuestos vínculos de la CCB con organizaciones "radicales", hecho que según ellos confirma la militancia subversiva de estas personas y sus planes desestabilizadores.


Lo vergonzoso de la situación es que en ningún momento las autoridades han mostrado una sola prueba que confirme la militancia subversiva de los detenidos y sus inminentes atentados. Participar en una reunión pública de una organización legalmente constituida, como fue la reunión de la CCB en Quito, no implica una vinculación terrorista. Tampoco la participación de agrupaciones que según los criterios del gobierno son "radicales" hace de los asistentes a este evento peligrosos delincuentes. Tampoco la anterior militancia de una persona que ya cumplió cárcel por sus vínculos con el MRTA, lo convierte automáticamente en un terrorista.


No puede volverse una practica común del gobierno Aprista vulnerar los derechos fundamentales de las personas deteniendo a las y los ciudadanos bajo supuestos endebles y fines efectistas. Ya en diciembre del 2006 (cuando fueron detenidos espectacularmente los miembros del colectivo Todas las Voces por un imaginario atentado contra Palacio) quedó demostrada la prepotencia estatal y lo endeble de las investigaciones. Es muy probable que, lo mismo que en la citada oportunidad, se demuestre la inocencia de los detenidos, pero no se repare el daño cometido contra la dignidad de las personas y, peor aún, esta práctica vuelva a repetirse.


Los abajo firmantes exigimos el respeto a los derechos civiles, a la libertad de pensamiento y de organización. Las detenciones sin pruebas incriminatorias no pueden convertirse en hecho cotidiano y nadie puede ser considerado culpable hasta que demuestre lo contrario. Exigimos el respeto a la libertad de organización política y el cese de estigmatizaciones para quienes optan agruparse en torno al proyecto bolivariano que no es sinónimo de terrorismo.


Demandamos la liberación de los siete ciudadanos detenidos y el cese a las campañas de persecución política en el Perú. Creemos que en el mundo la persecución por ideas ha sido superada y es mas bien el debate y el dialogo lo que debe primar en la lucha política. El Perú debe desterrar para siempre el abuso y prepotencia estatal y constituirse como un país con libertad y con justicia social para todos los peruanos y peruanas.



Firmas

Anahi Durand Guevara DNI 10783805
Manuel Herrera Loayza DNI 07258288
Melisa Salgado Rodriguez
Claudia Maldonado Graus
Irene Lungo Rodriguez
Gonzalo Valderrama Escalante DNI 24007680
Rodrigo Nunez Carvallo DNI 06638874