jueves, 20 de agosto de 2009

Mineria y Conflictos Sociales




Por Gonzalo Valderrama Escalante
Instituto de Investigaciones Sociales Amaru Teqse


Para entender el incremento del número de conflictos sociales ligados a la actividad minera en nuestro país es necesario tener una perspectiva histórica del tema, los problemas de hoy son en el fondo los mismos de los últimos siglos de nuestra historia republicana y colonial.

El Perú un país minero

José Baquíjano y Carrillo, reconocido como uno de los precursores de la independencia nacional al haber integrado el círculo de estudiosos “amantes del país”, considerado uno de los primeros economistas peruanos, publicó en 1791 en el Mercurio Peruano una serie de artículos a fin de demostrar que el Perú debía avocarse fundamentalmente a la explotación de sus recursos naturales, además sostenía que el libre comercio era la alternativa de la modernidad y no el causante de los problemas económicos de la época. Para Baquíjano la agreste geografía del Perú no permitiría un desarrollo adecuado de la agricultura, mucho menos de la industria, por ello, a fin de forjar una nación próspera sugería que "las provincias del Perú han de buscar las riquezas en el seno, y no en la superficie de sus tierras. Todas las que puede producir el reino mineral se hallan en abundancia en su distrito: el alumbre, alcaparrosa y almagre, el cristal, imán y azufre, el Copé, especie de nafta negra y dura como el asfalto, el cobre, plomo y fierro y, sobre todo, el oro y plata, instrumento general de ecuación en toda especie de comercio". (José Baquíjano y Carrillo. “Disertación Histórica y Política sobre el Comercio del Perú”, Mercurio Peruano, Tomo I, números 23-31. (1791) Citado en: Humberto Campodónico, “Baquíjano, país minero y libre mercado”. 2008.)

Al centrarse en una explotación primaria de los recursos naturales del subsuelo, este discurso sobre el cómo lograr la prosperidad nacional dejaba de lado la principal fuente de trabajo del grueso de la población peruana en dicha época: la agricultura y la ganadería. Hoy por hoy el discurso sobre cómo vencer en la lucha contra la pobreza, promovido por los últimos cuatro gobiernos, hace énfasis en el aprovechamiento de los minerales, gas natural y petróleo del subsuelo, el libre mercado aparece como el mecanismo de regulación económica que indefectiblemente conduce a la riqueza de las naciones. Y la agricultura y ganadería, actividades económicas que ocupan el mayor porcentaje de la población económicamente activa a nivel nacional, quedan relegadas a un muy segundo plano en el accionar del gobierno central y de los gobiernos locales.

El agravante de esta situación es el contexto en el que se da la problemática del uso adecuado de los recursos naturales: el calentamiento global, un inminente estrés hídrico en los andes, unido a un discurso ecologista que a nivel mundial llama la atención sobre los efectos dañinos cada vez más evidentes que la actividad industrial de los últimos siglos han ocasionado a escala planetaria. Nuestro país como bien es sabido es uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo, y también uno de los mas susceptibles al cambio climático. Esta realidad, donde problemas locales y problemas globales son inherentes es también bien conocida por la población que desde distintas partes del país cuestiona la proliferación de las industrias extractivas.

El perro del hortelano y la propiedad del subsuelo

Si este viejo discurso promovido desde el estado es tan criticado, ¿cuales son entonces las propuestas de la población que protagoniza los conflictos socioambientales? Dada la complejidad del tema y por motivos de espacio nos centraremos en uno de los aspectos fundamentales de la discusión: La propiedad del subsuelo, ahí donde se encuentran las riquezas mineras, petroleras y gasíferas del país: Entonces, las razones de fondo que ocasionan los conflictos entre poblaciones campesinas - nativas, empresas mineras y estado son una combinación de un inadecuado marco legal sobre la propiedad del subsuelo que vulnera los derechos de la población bajo cuyas tierras se encuentran estos recursos, y mecanismos ineficientes de redistribución de la riqueza generada por el sector minero energético, que hace de las poblaciones afectadas por esta actividad "victimas del desarrollo". Las comunidades campesinas y nativas no reclaman al Estado solamente la consulta y el respeto a su territorio y medio ambiente, sino que “el reclamo de las comunidades campesinas incluye la posibilidad de ejercer el derecho de propiedad sobre los recursos mineros que se encuentran bajo sus tierras y poder decidir las condiciones de explotación de estos recursos”. (Pedro Castillo Castañeda, ¿Qué sabemos de las Comunidades Campesinas? Pág. 85, 2007)

La legislación minera vigente ha expropiado el subsuelo a los comuneros y pobladores nativos, que a pesar de ser propietarios del territorio donde se encuentran los principales yacimientos mineros y energéticos del país, deben contentarse con observar el enriquecimiento de las empresas extranjeras que explotan sus recursos. Esta expropiación es la que provoca indignación y resentimiento, materia prima de la conflictividad socio ambiental. Hay un principio del derecho universal que rige desde tiempo de los romanos, según el cual el dueño del suelo extiende su dominio por lo cielos y el subsuelo hasta el límite de su conveniencia y del derecho ajeno. Este principio es ignorado por los arreglos en la legislación actual sobre la propiedad de los recursos naturales, la cual como veremos, es un rezago de los tiempos coloniales, al igual que el discurso de Baquijano y Carrillo apropiado hoy por los gobiernos de turno.

Según el Artículo 66° de la Constitución de 1993, “Los recursos naturales, renovables y no renovables, son patrimonio de la Nación. El Estado es soberano en su aprovechamiento. Por ley orgánica se fijan las condiciones de su utilización y de su otorgamiento a particulares. La concesión le otorga a su titular un derecho real, sujeto a dicha norma legal.”. Esta idea de expropiar el subsuelo en caso este contenga riquezas proviene del Derecho Indiano, la legislación que se aplicó a las Indias en tiempos de la colonia. En las ordenanzas del Virrey Toledo, en 1574, encontramos una referida a este punto: “Por cuanto todos los minerales son propios de Su Majestad y derechos realengos por leyes y costumbres, y así los da y concede a los vasallos y súbditos donde quiera que los descubriese y hallaren, para que sean ricos y aprovechados, dándoles leyes y ordenanzas, para que gocen de ellos y los labren, de manera que cesen los pleitos y diferencias, y a todos quepa parte, acudiendo a sus reales cajas con lo que como a Rey y señor natural se le debe”. (Cita en: Handersson Bady Casafranca Valencia* “La propiedad de los recursos naturales en los territorios de pueblos indigenas perú: la pobreza de los ricos territorios indígenas y recursos naturales”.
*Asesor y consultor de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas – CAOI (Ecuador, Colombia, Chile, Argentina, Bolivia y Perú); Ex Asesor Legal de la AIDESEP.)


La vuelta de este mundo de cabeza

Phelipe Huaman Poma de Ayala describe al orden social surgido de la colonia y del sojuzgamiento de las poblaciones nativas del ande ante intereses de ultramar como el mundo al revés, ese orden social poco ha cambiado en la republica, una muestra de ello es como el tema de los conflictos mineros tiene sus explicaciones en cuestiones históricas. Ante ello, ¿que significaría una real solución a esta problemática? En primer lugar, un cambio de sistema en la propiedad de los recursos naturales, este cambio de sistema permitiría a las comunidades campesinas y nativas ser dueñas de lo que les pertenece desde tiempos prehispánicos, manejar así sus propios y cuantiosos recursos. Las implicancias de este cambio en la propiedad del subsuelo serian enormes, implicaría que la mayoría de la población nacional, de ascendencia campesina e indígena, tuviese de pronto control sobre las grandes sumas de dinero que la industria extractiva genera. El mapa de poder (económico, político, y hasta simbólico) en el país se reconfiguraría, significaría que la tortilla se vuelta, probablemente un pachakuti.